Con la llegada de la brisa primaveral, una cálida sensación impregna el aire, incitando a las plantas a florecer con vibrantes flores y florecer. Sin embargo, en medio de este rejuvenecimiento, surge un invitado menos bienvenido: la temporada de alergias. Datos recientes de la Fundación Americana de Alergia y Asma (AAFA) revelan una realidad alarmante: más de 80 millones de estadounidenses, incluyéndome a mí, padecen alergias estacionales, una cifra en constante aumento.
Las alergias estacionales suelen provenir de alérgenos como el polen. Cuando estos invasores microscópicos se infiltran en el cuerpo, el sistema inmunitario los malinterpreta como amenazas, desencadenando una reacción inmunitaria exagerada. Esta respuesta provoca la liberación de sustancias químicas como la histamina, que inducen diversos síntomas alérgicos, como congestión nasal, estornudos, goteo nasal, picazón y lagrimeo en los ojos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué a estas alergias se les llama "estacionales"? Pues bien, es cuestión de tiempo. Las alergias estacionales coinciden con los periodos en que las plantas liberan polen, de ahí su carácter estacional, predominando principalmente durante la primavera y el verano. La primavera, en particular, marca el punto álgido de los síntomas de la alergia al polen, que suelen alcanzar su punto máximo entre principios y mediados de la primavera.
Para quienes padecen alergias estacionales, la transición entre estaciones parece prolongarse cada vez más. Les cuento una mala noticia: comparando el período actual con los datos de la década de 1990, este año el cambio de estación se ha adelantado 20 días, con una duración de 10 días adicionales.
Considerando estos datos, ¿no te interesa saber qué impulsa la exacerbación de las alergias estacionales? ¿Por qué parecen prolongarse cada año?
El aumento de las alergias estacionales se atribuye, en parte, al cambio climático. Las investigaciones indican que, con el aumento de las temperaturas, la vida vegetal se revitaliza, volviéndose más robusta y activa. En consecuencia, la temporada de polen en Norteamérica se ha prolongado un promedio de 20 días. A medida que las temperaturas siguen subiendo y la duración de las estaciones se amplía, las plantas producen más polen. Esta sustancia fina y pulverulenta, esencial para la reproducción, es liberada por las plantas macho y transportada por el viento o los animales a las plantas vecinas para la polinización.
En regiones con climas cálidos, la temporada sin heladas puede abarcar la mayor parte del año, con temperaturas que rara vez bajan de cero. Por el contrario, en zonas templadas, la temporada sin heladas suele abarcar la primavera y el verano. Durante estas estaciones, las temperaturas suben y el hielo y la nieve que quedan en el suelo se derriten. Sin embargo, a medida que se acerca el otoño, las temperaturas locales disminuyen gradualmente, marcando el inicio de un período de transición. Este período suele representar el pico de la temporada de crecimiento, acortando la distancia entre el último cuarto de la primavera y la llegada de las primeras gélidas del otoño. En esencia, la temporada sin heladas representa el momento en que las plantas pueden florecer sin interrupciones por las heladas.
Según el centro de investigación, el aumento del dióxido de carbono es otra razón. Los niveles elevados de dióxido de carbono en la atmósfera, debidos en gran parte a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, contribuyen a la intensificación de las alergias estacionales. La intensificación del calentamiento global, impulsada por las emisiones de gases de efecto invernadero, ha extendido la temporada de crecimiento de las plantas en un promedio de 15 días, superando las dos semanas en algunas regiones de Estados Unidos. El dióxido de carbono, el componente principal de los gases de efecto invernadero, sirve como la principal fuente de carbono para el crecimiento de las plantas. Sin embargo, las plantas también emiten dióxido de carbono durante su crecimiento, estableciendo un patrón cíclico. A medida que el crecimiento de las plantas se intensifica, los niveles de dióxido de carbono aumentan, lo que posteriormente fomenta una mayor producción de polen. En consecuencia, las personas con alergias estacionales sufren síntomas más graves.
Además, el aumento de los niveles de dióxido de carbono ha alterado la estructura del polen. Al inhalarlo, el cuerpo identifica automáticamente las proteínas y sustancias extrañas presentes en su superficie, lo que desencadena una respuesta inmunitaria. Por lo tanto, además de modificar los patrones de floración y promover un mayor crecimiento de las plantas, el dióxido de carbono podría tener un impacto cualitativo en el polen. Podría aumentar la presencia de proteínas en su superficie. Los científicos indican que si el planeta continúa calentándose, el sistema inmunitario se volverá cada vez más reactivo al polen, lo que agravará las alergias estacionales. Esta cruda realidad afecta al 26 % de los adultos estadounidenses, lo que representa una noticia preocupante para quienes padecen alergias.
Para mitigar las alergias al pasar tiempo al aire libre, tenga en cuenta los siguientes consejos:
Enfoque 1: Antihistamínicos
Los medicamentos ofrecen una vía de tratamiento viable, siendo los antihistamínicos una opción clave. Los antihistamínicos pertenecen a una clase de fármacos utilizados para el tratamiento de las afecciones alérgicas. Su función principal consiste en bloquear o disminuir la liberación y el impacto de la histamina. Al inhibir la liberación de histamina de los mastocitos y basófilos, los antihistamínicos contrarrestan eficazmente las reacciones alérgicas. Al exponerse a alérgenos, las células inmunitarias liberan sustancias químicas como la histamina, lo que desencadena los síntomas alérgicos. Los antihistamínicos intervienen frenando la actividad de estas células y reduciendo la liberación de histamina.
Método 2: Aerosoles nasales
Si los antihistamínicos resultan ineficaces, los aerosoles nasales ofrecen una alternativa. El aerosol nasal es un medicamento comúnmente recetado para las alergias estacionales. Administrado directamente en la cavidad nasal, actúa en el lugar preciso de los síntomas alérgicos, aliviando eficazmente las molestias. Las alergias estacionales suelen provocar síntomas nasales acompañados de respuestas inflamatorias en la cavidad nasal, como congestión e infiltración de células inflamatorias. El componente esteroide de los aerosoles nasales actúa para suprimir esta respuesta inflamatoria, reduciendo así la liberación de mediadores inflamatorios y aliviando los síntomas nasales.
Además, los aerosoles nasales contribuyen a minimizar el contacto de los alérgenos con la mucosa nasal, mitigando así las reacciones alérgicas. Al formar una película protectora dentro de la cavidad nasal, los aerosoles nasales previenen el contacto directo entre los alérgenos y la mucosa nasal, reduciendo así la incidencia de síntomas alérgicos. Esta opción segura y eficaz está disponible sin receta en farmacias.
Enfoque 3: Mascarilla
Las mascarillas son una gran ayuda para quienes padecen alergias graves al polen. Opte por una mascarilla filtrante diseñada para la temporada de alergias, como la BASE CAMP MASK. Con tecnología EAPI, la mascarilla BASE CAMP ofrece una impresionante eficiencia de filtración de hasta el 99,6 %. Su capa de carbón activado y su capa de meltblown ofrecen una potente capacidad de filtrado y adsorción, gracias a su estructura altamente porosa, ideal para capturar partículas diminutas en el aire, como polen y polvo. Esta característica ayuda a frenar la entrada de polen y otros alérgenos en las vías respiratorias.
Al filtrar eficazmente las diminutas partículas transportadas por el aire, incluido el polen y otros alérgenos, este mascarilla antipolvo Disminuye la probabilidad de que se infiltren en el sistema respiratorio. Al realizar actividades al aire libre, especialmente en lugares con altas concentraciones de polen, el uso de mascarilla resulta fundamental para mitigar la ingesta de alérgenos. Al reducir la inhalación de alérgenos, se puede aliviar notablemente la frecuencia y la gravedad de los síntomas alérgicos.
Creemos que con las medidas preventivas adecuadas, no tenemos por qué preocuparnos por las alergias estacionales. Esperamos que este artículo ofrezca consejos útiles a quienes las padecen.
Compartir:
Los mejores consejos económicos para decorar tu hogar
Aristócrata de los Bosques: Nogal Negro